domingo, 27 de septiembre de 2009

La Capacidad de Delegar y el Liderazgo

Delegar “Carlos terminaba otro día de trabajo con el mismo cansancio de siempre y con más pendientes que el día anterior. Tenia bajo su supervisión tres analistas, que supuestamente estaban para ayudarlo, pero en realidad solo los tenia para que le busquen alguna información y para realizar el papeleo del día a día, pero los muchos proyectos que el tenia que entregar y que eran de importancia para algunas acciones a desarrollar por otras áreas de la organización, solo los desarrollaba y los analizaba él, ya que tenia el viejo pensamiento que dice “Si quieres que algo salga bien tiene que hacerlo uno mismo”.

Cierto día el gerente general lo llamó a su oficina, pues quería tener una plática con él de varios puntos, debido a que varios proyectos de la compañía o estaban retrasados o en el peor de los casos cancelados debido al retraso de algunos procesos en el área que él lideraba. La charla comenzó con un tono tranquilo, y la pregunta fue bastante simple. ¿Carlos, necesitas más personal?, no entiendo por que están retrasando tanto el trabajo en tu área, se que estas haciendo un gran esfuerzo, pues pasas más de 14 horas en la empresa, pero si necesitas ayuda, tienes que pedirla, el desempeño del tu área ha comenzado a afectar a toda la compañía y como entenderás, tenemos que tomar decisiones y pronto. ¿Cuantas personas más necesitas para que tu área pueda cumplir con su parte a tiempo?.

Carlos, con la mirada perdida y la cara de preocupación, dijo con dos personas más, podría mejorar los tiempos de entrega, y la reunión concluyó. Carlos salió de la gerencia raudamente y pensando en su estrategia para acelerar con el trabajo pendiente, pensó que las dos personas más podrían ayudar a buscar información, mientras enseñaba a sus dos analistas de confianza parte de su trabajo, pero su miedo a entregar su responsabilidad a otros, pudo más que su sentido de urgencia. Un mes después, Carlos fue separado de la compañía, pues el gerente comprendió que no se trataba de falta de personal, sino de falta de seguridad y confianza”

Todo líder que quiera ser exitoso debe tener la capacidad de autorizar a otros y confiarles actividades de las cuales él es responsable. Pero hay que recordar que dentro del proceso de delegación, el líder puede delegar autoridad, pero no puede delegar responsabilidad.

A muchos gerentes, como en el caso de Carlos, les asusta no estar al rededor de todo los proyectos y decisiones al mismo tiempo y no son capaces de soltar a sus subordinados para que hagan las cosas por su cuenta. Otro miedo frecuente es que piensan que delegar es sacrificar poder o también existe el temor de perder el control. Y es que es muy natural que estos miedos existan, pues es muy incomodo darse cuenta de la incompetencia de las personas a quienes delegamos tareas, a través de la vergonzosa situación que pasa uno cuando tiene que responder por ese fracaso.

Sin embargo, si se desea tener éxito, no le queda más que practicar la delegación. Algunas maneras de perder el miedo a delegar son:

  1. Hágalo gradualmente, hay gerentes que dicen que delegan y entregan todo el trabajo a sus subordinados, sin comprobar que estos estén preparados para poder afrontar con el trabajo. Lo peor es que cuando fallan, dicen que es culpa de otro y no asumen que la responsabilidad es propia. Tiene que identificar las capacidades de sus subordinados y comenzar a asignar proyectos de menor responsabilidad en un principio, después vaya incrementando la dificultad, no deje que su gente falle, ya que la responsabilidad es suya. Recuerde que los proyectos que son nucleares para su compañía tiene que hacerlos o darles seguimiento cercano usted mismo.
  2. Trabaje por proyectos, no por trabajos rutinarios, de esta forma usted mantendrá el control de la situación, ya que es mucho más fácil hacer seguimiento con indicadores claros previamente definidos y evita la percepción en el resto de que usted esta descargando su trabajo.
  3. Antes de delegar una tarea, es importante que usted de muestre que esta tarea es realizable de manera eficiente. De esta forma usted también sabrá cuantos recursos son necesarios para cumplirla.
  4. Valore las competencias de su gente, sepa de lo que son capaces los que están debajo de usted. Desde luego, recuerde que usted debe rodearse de la gente más competente de forma que pueda delegar con la confianza de saber que tiene a los mejores para respaldarlo.
  5. Utilice un sistema de seguimiento diario de lo que delega, puede utilizar una “Lista To Do” para cada proyecto u actividad que delegue, asegúrese de tener un método de revisión con fechas.
  6. Recuerde a su gente que si bien la responsabilidad de las tareas es individual, los resultados del área califican a todos, no importando que también haga su trabajo cada uno. Acuda al concepto de trabajo en equipo.

Recuerde que cuando la delegación se lleva apropiadamente, significa que usted tendrá menos trabajo operativo, pero tendrá más trabajo de control, que desde luego toma menos tiempo. Además, su reputación de líder se incrementa, pues el proceso de delegación trae implícito un proceso de entrenamiento continuo para los subordinados y con el tiempo crecimiento en la organización para todos. Por esta razón la empresa, sus compañeros y subordinados lo consideran valioso. Por otro lado, la mayoría de los empleados piensa que cuando se delegan responsabilidades en ellos, se les está premiando, pues se demuestra que se confía en sus competencias, sin embargo, tenga cuidado, pues no debe sobrecargar a los más capaces, pues terminarán renunciando.

Así que si siente que esta sobrecargado, que cada día tiene más trabajo y que nunca termina con sus pendientes, tal vez tenga un problema de miedo a la delegación, así que premie a sus subordinados con más responsabilidad, deshágase de proyectos y actividades que no son nucleares para su empresa y tome la actitud de ese líder capaz de delegar, dar seguimiento y entregar resultados.

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